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Menos de cien díasPublicado el 17/09/2017.Quedan menos de cien días para que los poderes públicos garanticen a las personas con discapacidad y/o con movilidad reducida el uso de los elementos comunes en edificios públicos y privados en condiciones de igualdad con el resto de la ciudadanía. Así lo recoge el Real Decreto Legislativo 1/2013 por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de Derechos de las personas con discapacidad. Hemos tenido diez años para que a ninguna persona se le discrimine por falta de accesibilidad o, también se puede afirmar o decir de otra guisa, hemos tenido diez años para que a ninguna persona no se le discrimine porque otra persona no cumple la Ley en materia de accesibilidad.
La pregunta es evidente: ¿estamos en disposición de cumplir los plazos? Lamentablemente, y llueve sobre mojado, tenemos que responder que estamos seguros de que no se cumplirán los tiempos que nos cedieron ni las expectativas que se generaron. Será de las pocas veces que antes de que entren en vigor una serie de criterios que se han debido cumplir y que así lo indica una Ley, sabemos de antemano que no se van a consumar esas pautas ni ese mandato. Será de las pocas veces o no, pero el caso es que parece que esto de la accesibilidad es una cuestión baladí, que no se trata o no lo abordamos como un asunto prioritario, como una deuda o un deber histórico, que hay otros rompecabezas más importantes que resolver y que requieren toda la atención de aquellas personas que tienen la posibilidad y el deber de resolverlos. Con estas razones y con otros argumentos inconfesables, como la falta de asignaciones presupuestarias para el cumplimiento de una Ley, o la misma desidia o carencia de conocimiento que en ocasiones nos caracteriza al ser humano, tendrán que pasar, vete a saber cuántos años más, para que ninguna persona se vea en inferioridad de condiciones que otra por un problema de accesibilidad.
Puede resultar paradójico, pero es que primero están las necesidades de la mayoría y luego están las del resto y las personas con discapacidad o movilidad reducida formamos parte de ese resto o estamos ubicados en ese córner de la sociedad, el de la invisibilidad, pero lo cierto es que gracias al tesón y a la perseverancia de muchas personas con discapacidad y/o movilidad reducida, gracias a su ejemplo, paciencia y sacrificio durante todos estos años atrás, en la actualidad las personas que necesitamos accesibilidad en nuestras vidas para ser uno más, y que no solo somos las personas con discapacidad y/o movilidad reducida, sino también las personas mayores, las familias, las mujeres embarazadas, las personas que ocasionalmente tienen una lesión, entre otras, podemos desenvolvernos mejor en nuestras vidas. Mejor nos iría a todos, sin duda, porque la accesibilidad es beneficiosa para todas las personas sin excepción, si no esperáramos a sufrir en nuestras carnes y en nuestra dignidad directamente una mala experiencia derivada de la falta de accesibilidad. Y es que siempre esperamos hasta el final, el típico tópico de que siempre lo dejamos todo para última hora, y solo empatizamos o prevenimos para nuestro propio beneficio cuando ya nos ha ocurrido algo. A posteriori. Sin embargo, formamos parte de esta sociedad y no moramos en ningún arrabal de esta sociedad y, a partir del 4 de diciembre exigimos un trato igualitario para poder acceder a los elementos comunes de espacios públicos y privados y recomendamos a todos los ciudadanos que no esperen a que les ocurra un infortunio y les sugerimos, porque somos muy prudentes, que no caigan en el error de creer que la accesibilidad es algo que no les incumbe, que es una cuestión secundaria o del resto. Hagamos nuestro, de todos, el deber y la posibilidad de exigir accesibilidad en nuestras vidas, denunciemos incluso cuando las circunstancias lo requieran, escojamos aquellos espacios, recursos, eventos o negocios que son responsables con las personas y consecuentes con la Ley y consideremos pasado a aquellos que no lo son. Quedan menos de cien días y es en beneficio de todos. Francisco J. Sardón Peláez, Presidente PREDIF (Tribuna publicada en cermi.es) |
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Otros artículos "Mamandurrias", hambre, discapacidad y contradicciones neoliberales
Publicado el 16/08/2012
Como Diplomado en Relaciones Laborales, me asalta una duda al oír el argumento del PP en cuanto a la supuesta falta de incentivos de las personas que cobran cualquier subvención o subsidio. ¿Qué punto de la pirámide de Maslow cree esta gente que cubren subsidios de entre 400 y 600 euros? Si a esto, le añadimos el agravante de la discapacidad, la cosa se vuelve más ridícula aún. Me explico.
Adiós, Dependencia, adiós
Publicado el 05/08/2012
Las medidas adoptadas por el Gobierno en materia de dependencia, en especial el último hachazo por vía de Real Decreto-ley del infausto y negro viernes 13 de julio, siguen causando una mezcla de sensaciones que van desde el estupor inicial a la depresión pasando, eso sí, por la ira contenida.